Apenas promueve la participación del usuario en los contenidos. Éste queda relegado a enviar Cartas al director y a proponer ideas en la sección de Sugerencias.
Un punto a favor se lleva, sin embargo, la selección de servicios que incluye. A pesar de ello, se trata únicamente de una serie de enlaces externos a otras páginas en las que poder gozar de aquel determinado servicio que se ofrece. Así, si lo que nos interesa es consultar cursos y máster, el enlace nos llevará directamente a ofertainformativa.com, una página web que nada tiene que ver con los cursos y másters que podría ofrecer La Razón. Ni siquiera la sección de necrológicas está elaborada por el diario. Se trata también de un enlace externo a un servicio de Necropoli.com- diario digital necrológico.
Todas estas carencias devalúan en gran medida la edición digital de un diario de tanta difusión en España, que no sólo compite con grandes periódicos en su versión en papel, sino que también debería luchar por ganar terreno en la red, eso sí, con algo más de calidad, multimedialidad e hipertextualidad.