Todo comenzó cuando Stephen Glass, de solo 25 años, retrató como si hubiera estado allí, una convención de hackers, donde una empresa de tecnología le ofreció a un chico de 15 años -que violó sus sistemas- ser el nuevo jefe de seguridad informática de la compañía.

Está claro que siempre hay que revisar las fuente de las informaciones antes de publicarlas, y más si alguno de nosotros somos el redactor jefe de una importante e influyente revista estadounidense. Pero, ¿qué hacer ante esas informaciones cuyas únicas fuentes son las propias anotaciones del periodista? Pregúntenselo a Chuck Lane, redactor jefe de The New Republic, quien descubrió que 27 de las 41 historias que el periodista Stephen Glass había publicado, eran falsas. Todas sus fuentes eran inventadas.
2 comentarios:
Muy bien el blog. Los comentarios son ricos en contenido y enlaces. Visualmente es atractivo. En el blogroll hay varios apartados.
Te he dejado una observación en otro post.
¡Sigue así!
¡Pues que sepas Evitaa que a mí se me han explotado dos arterias leyendo la práctica de Derecho!¡Debería protegernos la ley contra estas prácticas! Aunque a nosotros se nos da muy bien hacer esquemitas...¿a q sí?
¡Y pon una foto en el blog, jo! Alguna en la que salgas con el vestido verdee (que ya sabes que me encanta ese color)
Un besoo!
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